Esto que tienes delante de las narices estaba pensado para mis clases. Pero una vez que empecé acabará siendo para 3 personas: para mí (el burro delante), para ti y para mis alumnos (...esos viuda e Hijos). Bueno, no os suelto más rollo, ahí van unos textos que espero os gusten:

18 octubre 2007

Mira, Mónica...

Acabo de ver por casualidad que hay por esos mundos de la blogosfera un concurso de artículos que "defienden" a la mujer. Aprovecho entonces un viejo texto (bueno, de hace un par de años) que escribí al enterarme de que una amiga (ex-loquesea), después de salir de una anorexia bien jodida, supo que iba a quedarse estéril. Además, en esos momentos tenía varias alumnas "esqueletas" que se veían gordas como focas y pesaban 20 kilos... la que más.


Mira, Mónica...

Mira, Mónica, me mareas.

Bueno, no sé si te llamas Mónica, María, Andrea o algo así. Creo que te veo todos los días por la calle, o por el instituto. O será los sábados en ese bar, pero te conozco bien. Hay muchas como tú, chica. Hay muchas pardillas con quienes compartes problema.

Desde hace una temporada algunas amigas te envidian, estás más delgada. Pero tú estás triste. Triste es poco, tú y yo sabemos que estás mal. Bien jodida, guapetona. Crees que te engañan, que sigues muy gorda. No rellenita. Te ves hecha una foca, una ballena, revientas la ropa.

Tienes la mirada tristona y siempre con ganas de llorar. La lágrima fácil y los ojos turbios. Hay momentos en que los vómitos son más naturales en ti que la respiración. Va para ti porque te ves gorda. Y estás esqueleta. La mala leche te puede cada día más. ¡Ah, no! Ya sé que tú no tienes esas enfermedades. Que tú no estás enferma, ni que fueras tonta... ¡Qué bulimia ni qué anorexia! Eso no va contigo, esas cosas les pasan a otras. Pero sabes que tienes un problema y grande. El espejo te escupe una imagen que no te gusta.

Dirás que soy un poco machista, o que soy un cabrón machista con pintas, pero ciertas curvas no están nada mal. Y las tías como tú adelgazáis al revés: empezáis a perder kilos donde no molestan y los que sobran no hay quien los quite. Pero esa es la naturaleza y contra ella es duro o imposible luchar, amiga. Ya sabes, la famosa “constitución ancha” que se dice.

Y si pasamos a temas serios, lo que tú llamas comer poco es jugar con la salud. ¿Sabes que puedes quedar estéril? ¿Lo sabías? O posiblemente algo peor: ¿no estás volviéndote gilipollas?

La vida no es una postura ni se mide por tallas de pantalón. Los vestidos se pueden arreglar o pedir un número más, pero las oportunidades en la vida no tienen XXL. Ni siquiera talla normal, a veces. Y como sigas así, la próxima prenda que tendrás que probar es un “camisón” de madera de pino, en el que vas a adelgazar y dormir más profundo de lo que te gustaría.

Como siempre estás cabreada, no te das cuenta, pero ya no gustas tanto a los chavales. Es más, no te importa “pillar” con los tíos, porque estás más atenta a tus complejos que a lo que te hacía feliz.

Estudiabas bien pero vas a quedar en la cuneta de la vida. No eres la Dolores-Lola de los Suaves pero llevas buen camino. Hasta el tío-bueno del póster que colgaste en tu habitación ya no te mira con deseo, sino con “cara de Giocondo”. Y ya quitaste muchas fotos del corcho porque te desesperaban. Te quieres morir tres veces al día, una por comida. Se te borró la sombra de la sonrisa que desparramabas en aquella foto. Una foto de sólo hace dos años y parece que pasaron cien. Y no suenan las alarmas porque los demás todavía no notan que estás en apuros.

Esta carta me gustaría escribirla con tinta verde, que dicen es el color de la esperanza, pero no sé por qué creo que desprende otro color.

Estás destrozándote, sin más traqueteos ni más comentarios, sin más tonterías. Vuelve a ser la que todos conocimos. Y si necesitas ayuda, habla. Los que te rodean te quieren. Demuestra que eres más fuerte que tus debilidades. Estás a tiempo, que eres muy jovencita.

Y para que lo entiendas, te lo digo en tu “lengua materna”:


TIA SE Q STAS JDD, XO TRANQLA, TD IRA BN. 1BS, WAPTONA, TQM!!!


P.D.: Querido lector, no leas esta carta de través. “Mira, Mónica” es una canción de Sabina, de ahí el título. Esa Mónica no es nadie que me rodea. No es una alumna, tampoco amiga. O sí... Deja la curiosidad morbosa de saber quién es la tal Mónica y quédate con el mensaje. Incluso puede que no exista. O que por desgracia haya muchas candidatas a quedar en la cuneta y todos conozcamos alguna. Así es la vida.