Esto que tienes delante de las narices estaba pensado para mis clases. Pero una vez que empecé acabará siendo para 3 personas: para mí (el burro delante), para ti y para mis alumnos (...esos viuda e Hijos). Bueno, no os suelto más rollo, ahí van unos textos que espero os gusten:

20 noviembre 2006

Báitela, "Zancañeru"!!

(Este es un artículo que me van a publicar en la revista "Plaza Nueva" de la "Asociación Cultural amigos de Ribadesella", que saldrá el próximo mes)

Quería hablar de la xíriga o jerga de los antiguos trabajadores (por no decir semi-esclavos) de las tejeras en los ya pasados siglos. Fabricaban tejas dejándose la vida metidos en el barro de sol a sol en condiciones paupérrimas. Abandonaban durante meses a sus familias, sus casas para ganarse el jornal en condiciones extremas. Y les sobró tiempo para crear una colección de palabras simplemente genial. Consultando tanto la bibliografía tradicional como la electrónica parece un lenguaje estrictamente llanisco, pero ya en nuestra revista tenemos antecedentes de textos (una simpatiquísima entrevista Tarolo-Cuenquín) así como ilustres riosellanos que conocen la xíriga. Y en mi pueblo, en Cuerres quedan varios hablantes que la manejan (también dicen “mascuenciu”) en conversaciones habituales.

Por desgracia, por miseria, fuimos tierra de emigrantes y “teyeros”, de indianos secularmente pobres (parte de mi familia está diseminada por Cuba, México, Argentina…). Los que hoy vivimos bien y ganamos el plato de comida de manera bastante fácil no podemos olvidar los ríos de sudor, sangre, desventura y sufrimiento que esto costó. Y dicen que de bien nacidos…

Finalmente, más que nada, quería escribir este artículo en homenaje a mis “güelos” Eduardo Díaz Cueto y Rita Ruisánchez, a quienes yo conocí como honrados labradores, pero que habían sido “teyeru” y cocinera de tamargos en los años mozos. Y de quienes aprendí más que de muchos catedráticos y doctores de facultad.

Como filólogo me parece de una riqueza inigualable la creación de palabras en esta rica jerga. Más que un vocabulario es un tratado de composición de metáforas. Un verdadero canto poético, de gentes pobres, honradas, golpeadas por la vida, pero que tienen los arrestos suficientes para teñir su húmeda existencia de ironía o de lírica, incluso de mala leche. Y que me suena a verdad, máxime cuando escucho el “asturianu normalizau” que nos quieren vender ciertos políticos y se me revuelve el estómago. Es un lenguaje vivo donde los gabrieles son los garbanzos, que nombra al cura y la iglesia como el ñurriu y la guxara, la luna se dice valencia y las estrellas son valenciana. Llaman al miedo camangu o llercia, tarrau al demonio, gomiazu al beso y torpiantes a los testículos. El corazón es el morranchu o palpiteru y cascosa la botella. Trabajar es machuriar, las orejas son las belardas…

Hace unos años empecé a traducir uno de mis poemas favoritos, el “Poema de amor número 20” de Pablo Neruda a este hermoso lenguaje. Está sin corregir, me imagino que habrá doscientos errores, pero está escrito más como un ejercicio de estilo que otra cosa y con todo el cariño de el mundo a unas gentes que quiero y admiro. Este juego (más que traducción seria) creo que sirve para mostrar la musicalidad y hermosura de la xíriga. Además me recuerda a una historia de amor de hace mucho tiempo. ¿Quién da más?


Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Escribir, por ejemplo: "la noche está estrellada,
Y tiritan, azules, los astros, a lo lejos".
El viento de la noche gira en el cielo y canta.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.
En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.

Puedo escribir los vesos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.
Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.

Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.
Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Como para acercarla mi alma la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.
La misma noche que hace blanquear los m árboles.
Nosotros, los de entonces no somos los mismos.

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos
Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
Y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.
(Pablo Neruda, de la obra: “20 Poemas de amor y una canción desesperada”)



Puedo escribi’l verbeu más gachotu tesca racha
Verbiar, por ejemplu: "la racha é valenciana,
Y tiritan, azules, los astros, a llaezu".
El sápiro de racha torna nel cielu y cancia.

Puedo escribi’l verbeu más gachotu tesca racha.
Miaire quíxola, y a veces llea tamién quíxome.
Nas rachas comu atesca aparósemi ente las caceas.
Gomiéla tantas veces xafu el cielu arangón.

Suaire quíxome, a veces miaire tamién la quería.
Cómu onia enxidiar los sos arangues visantes.
Puedo escribi’l verbeu más gachotu atesca racha.
Balsiar que non la tengo. Aparar que llastió.

Oír la racha arangue, arangona ensin suaire.
Y’l verbeu xafa la volandina comu al zosquín la rosada.
Qu’importa qu’el mio amor non se-y aparara guardala.
La racha é valenciana y llea onia está con miaire.

Atescu é doto. Allaezu alguien cancia. Allaezu.
Mió volandina onia albrita d’habela cerdíu.
Comu pa aparala la mió volandina búscala.
El mió morranchu búscala, y llea non para con miaire.

La misma racha que jaz zulanquiar los mismos ustancios.
Nuestrosaires, los d’entós, non somos los mismos.
Ya miaire ez la enxidia, onia, pero cuántu la enxidié.
Voz de miaire buscaba’l sápiro pa tocar la so verlarda.

D’otru. Será d’otru. Comu anantes de los mios gomiazos.
So voz, el so cuerpu claru. Los sos visantes infinitos.
Ya non la enxidio, onia, pero tal vez la enxidio.
É tan cortu l’amor, y é tan llargu l’olvidu.

Porque nas rachas comu tesca, aparósemi ente las caceas,
Mió volandina non albricia con qu’haiga llastíu.
Enque atescu sea l’últimu machuriu que llea mi apara,
Y atescas sean las últimas verbeas que miaire y escribe.



Bueno, antes de “llastir” me gustaría agradecer los buenos momentos a la gente desinteresada que se dedica a trabajar en este campo, como Emilio Muñoz Valle, Casa Alejo, el periódico “el Oriente de Asturias”, las webs llanesyconcejo.com, orientedeasturias.com, o personalidades del estilo de mi amigo Pablo Ardisana. Y como este artículo termina aquí, la despedida no puede ser de otra manera que: “…Llastición de petes gachos!!”.

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